Cómo se excreta la vitamina b6
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La vitamina B6, o piridoxina, es una vitamina hidrosoluble que se encuentra de forma natural en muchos alimentos, así como añadida a alimentos y suplementos. El fosfato de piridoxal 5′ (PLP) es la forma coenzimática activa y la medida más común de los niveles de B6 en sangre en el organismo. El PLP es una coenzima que ayuda a más de 100 enzimas a realizar diversas funciones, como la descomposición de las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas; el mantenimiento de niveles normales de homocisteína (ya que unos niveles elevados pueden causar problemas cardíacos); y el apoyo a la función inmunitaria y la salud cerebral.
RDA: La ración dietética recomendada (RDA) para los hombres de 14 a 50 años es de 1,3 mg diarios; mayores de 51 años, 1,7 mg. La CDR para mujeres de 14 a 18 años es de 1,2 mg; de 19 a 50 años, 1,3 mg; y de 51 años en adelante, 1,5 mg. Para el embarazo y la lactancia, la cantidad aumenta a 1,9 mg mcg y 2,0 mg, respectivamente. [1]
UL: Un nivel de ingesta superior tolerable (UL) es la dosis diaria máxima que probablemente no cause efectos secundarios adversos en la población general. El UL para adultos de 19 años o más es de 100 mg diarios, con cantidades ligeramente menores en niños y adolescentes. Esta cantidad sólo puede alcanzarse tomando suplementos. A veces se recetan cantidades aún mayores de suplementos de vitamina B6 por razones médicas, pero bajo la supervisión de un médico, ya que un exceso de vitamina B6 puede causar toxicidad. [1,2]
Dosis máxima diaria de vitamina b6
La vitamina B6 está formada por seis compuestos: piridoxal, piridoxina, piridoxamina y sus respectivos fosfatos 5′ (véase la tabla siguiente). Actúa como coenzima en el metabolismo de los aminoácidos, del glucógeno y de las bases esfingoides. La forma más común en los tejidos humanos es la forma 5′-fosfato de piridoxal (PLP), que se encuentra en su mayor parte en el músculo unido a la fosforilasa. La segunda más común es la forma de 5′-fosfato de la piridoxamina (PMP). Los alimentos vegetales contienen principalmente piridoxina (PN) y su 5′-fosfato (PNP), a veces en forma de glucósido.
La absorción en el intestino implica la hidrólisis mediada por la fosfatasa y el transporte de la forma no fosforilada a las células de la mucosa. Dosis bastante grandes de PLP y PMP se absorben bien (Hamm et al 1979). El glucósido de PN se absorbe peor. La mayor parte de la vitamina B6 no fosforilada absorbida va al hígado, donde se produce la conversión a la forma fosforilada. El principal producto de excreción es el ácido 4-piridóxico, que representa aproximadamente la mitad de los compuestos de B6 en la orina (Shultz y Leklem 1981).
Demasiada vitamina b6
Las vitaminas son micronutrientes que tienen efectos fisiológicos en diversas respuestas biológicas, incluida la inmunidad del huésped. Por lo tanto, la carencia de vitaminas conlleva un mayor riesgo de desarrollar enfermedades infecciosas, alérgicas e inflamatorias. Dado que las vitaminas B son sintetizadas por las plantas, las levaduras y las bacterias, pero no por los mamíferos, éstos deben adquirir las vitaminas B de fuentes dietéticas o microbianas, como la microbiota intestinal. Del mismo modo, algunas bacterias intestinales son incapaces de sintetizar vitaminas B y deben adquirirlas de la dieta del huésped o de otras bacterias intestinales para su crecimiento y supervivencia. Esto sugiere que la composición y la función de la microbiota intestinal pueden afectar al uso de las vitaminas B por parte del huésped y, por extensión, a su inmunidad. Aquí revisamos las funciones inmunológicas de las vitaminas B y su metabolismo por las bacterias intestinales con respecto al control de la inmunidad del huésped.
El intestino está continuamente expuesto a compuestos y microorganismos tanto tóxicos (por ejemplo, microorganismos patógenos) como beneficiosos (por ejemplo, componentes de la dieta, bacterias comensales); por lo tanto, el sistema inmunitario intestinal debe mantener un equilibrio saludable entre respuestas inmunitarias activas y supresivas. Este equilibrio está controlado no sólo por factores inmunitarios del huésped, como las citocinas, sino también por diversos factores ambientales, como los componentes de la dieta y la composición de las bacterias comensales. Además, varias líneas de evidencia han demostrado que la homeostasis inmunológica en el intestino está relacionada no sólo con la salud intestinal sino también con la salud de todo el organismo (1-3). Por lo tanto, la regulación inmunitaria mediante factores ambientales está atrayendo la atención como medio para mantener la salud inmunológica y prevenir muchas enfermedades.
Metabolismo de la vitamina b6
La vitamina B6 es una vitamina hidrosoluble que pertenece al grupo del complejo vitamínico B. Hace referencia a un grupo de compuestos que se convierten fácilmente en fosfato de pídridoxal (PLP), la forma activa de la vitamina. Dado que la vitamina B6 es fundamental para la biosíntesis de las células sanguíneas, su carencia puede provocar anemia, así como somnolencia y fatiga, queilosis (descamación de los labios y grietas en las comisuras de la boca) e inflamación de la boca y la lengua. La carencia crónica puede provocar problemas neurológicos, alteraciones de la inmunidad e hiperhomocisteinemia, un factor de riesgo de enfermedades cardíacas.
La vitamina B6 interviene principalmente en el metabolismo de los aminoácidos, pero también desempeña un papel en la biosíntesis de muchas moléculas importantes, como los neurotransmisores, la histamina y la hemoglobina. Es necesaria para la conversión del aminoácido triptófano en niacina, la liberación de glucosa del glucógeno para apoyar la producción de energía y la modulación de los receptores de hormonas esteroides.
El organismo mantiene concentraciones plasmáticas de vitamina B6 iguales o superiores a 20 nmol/L. Se absorbe principalmente en el yeyuno y el íleon y se excreta principalmente por la orina. Alrededor del 80-90% de la vitamina B6 almacenada se encuentra en los músculos en forma de PLP.