Efectos de la publicidad alimentaria en los adultos
Contenidos
“Parece que la publicidad de alimentos se introduce mejor en la mente y la memoria de los niños”, afirma Ashley Gearhardt, profesora adjunta de psicología de la UM y autora principal del estudio. “Esto tiene sentido porque nuestros cerebros están programados para excitarse en respuesta a alimentos deliciosos”.
Los niños ven miles de anuncios publicitarios cada año diseñados para aumentar su deseo de consumir alimentos ricos en azúcar, grasa y sal. Investigadores de la Universidad de Medicina, el Instituto de Investigación de Oregón y la Universidad de Yale analizaron cómo afecta al cerebro la avalancha publicitaria.
Treinta adolescentes (de 14 a 17 años) con un peso entre normal y obeso vieron un programa de televisión con pausas publicitarias. Se midió su actividad cerebral con un escáner de resonancia magnética funcional.
El vídeo mostraba 20 anuncios alimentarios y 20 no alimentarios de grandes marcas como McDonald’s, Cheerios, AT&T y Allstate Insurance. Se pidió a los participantes en el estudio que hicieran una lista de los cinco anuncios que habían visto y que calificaran cuánto les gustaba el producto o la empresa que aparecía en los anuncios.
El impacto de la publicidad de alimentos en la obesidad infantil
Al hablar de la comercialización de alimentos y bebidas y de la publicidad dirigida a los niños, es importante distinguir entre estos términos. En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS 2012 (pdf)) ha definido la mercadotecnia como “cualquier forma de comunicación o mensaje comercial que está diseñado para, o tiene el efecto de, aumentar el reconocimiento, el atractivo y/o el consumo de determinados productos y servicios. Comprende todo lo que actúa para anunciar o promover de otro modo un producto o servicio”.
La publicidad, por su parte, es la “presentación pública pagada y la promoción de ideas, bienes o servicios por parte de un patrocinador con el fin de llamar la atención de los consumidores sobre un producto a través de una variedad de canales de comunicación como la televisión por aire y por cable (TV), la radio, la prensa, las vallas publicitarias, Internet o el contacto personal”, según la definición (Principios de Marketing 2008) adoptada por la OMS (OMS 2012 (pdf)) y el Instituto de Medicina (IoM) de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos (IoM 2006). Por tanto, la publicidad es solo una forma de marketing.
Técnicas de publicidad alimentaria
Aunque son muchos los factores que influyen en los comportamientos alimentarios y en la elección de alimentos de los jóvenes, dos fuerzas potentes son el visionado de la televisión y la exposición a la publicidad de alimentos por televisión. En Estados Unidos, los niños y adolescentes ven la televisión durante casi cuatro horas y media al día.1 Durante este tiempo, los niños de entre 2 y 12 años están expuestos a un total de 38 minutos de publicidad al día. La publicidad de alimentos representa la mitad del tiempo de publicidad en los programas de televisión para niños. Los niños de 2 a 7 años ven 12 anuncios de alimentos y los de 8 a 12 años ven 21 anuncios de alimentos cada día, es decir, 7.609 anuncios al año.2 Aunque algunos datos indican que la publicidad de alimentos dirigida a los niños pequeños ha disminuido desde el pico alcanzado en 2004,3 el número de anuncios de alimentos y los tipos de alimentos anunciados siguen siendo preocupantes.
Uno de los principales determinantes de las preferencias alimentarias es el sabor. Los hábitos alimentarios y las preferencias de sabor se desarrollan en las primeras etapas de la vida y permanecen relativamente estables hasta la edad adulta.4,5 Dado que las preferencias de sabor se adquieren a través de procesos de aprendizaje6 que incluyen la exposición repetida y los mensajes positivos sobre diversos alimentos, la exposición a la televisión en las primeras etapas de la vida puede influir de forma determinante en las prácticas alimentarias durante toda la vida.
Publicidad alimentaria de la Ftc
La obesidad infantil es un problema creciente también en Noruega. Como una de las muchas medidas adoptadas para combatir este problema, las autoridades sanitarias quieren identificar el papel que desempeña en este sentido la comercialización de alimentos y bebidas poco saludables.
Los diez productos alimenticios más anunciados son la pizza, la carne procesada, la hamburguesa de carne, el pescado procesado, el helado, las bebidas azucaradas sin azúcar añadido, el chocolate con leche, las bebidas energéticas, la avena y las bebidas azucaradas con azúcar añadido.
Según las directrices de la OMS, ocho de cada diez de estos anuncios no están permitidos. En Noruega, las normas son menos estrictas. No existe una normativa nacional, pero la propia industria regula el tipo de anuncios que publica.
Las normas de la OMS establecen que no se permite la comercialización de bebidas energéticas a niños y adolescentes. En Noruega, esto depende de la propia autorregulación de la industria, que sólo se aplica a los menores de 13 años.
“Estudios anteriores indican que, cuando un influencer muestra comida poco saludable, sus seguidores quieren comer esa comida después. En cambio, si promueven alimentos saludables, los niños no los desean de la misma manera”, explica.