Qué tipo de actividad física es comer
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¿Qué le viene a la mente cuando oye palabras como “ejercicio” y “alimentación saludable”? Si eres como la mayoría de la gente, pensarás en la pérdida de peso. Aunque tanto el ejercicio como la alimentación sana son importantes para conseguir y mantener un peso saludable, eso no es todo. Ser físicamente activo y comer alimentos nutritivos hacen mucho más que ayudar a perder peso: son esenciales para un cuerpo y una mente sanos. La relación entre la actividad física y la nutrición es en realidad un ciclo en el que cada una afecta a la otra. Sus efectos en el cuerpo y la mente dependen el uno del otro, y afectan también a funciones importantes como la movilidad, el estado de ánimo y el nivel de energía. En este artículo, exploraremos formas de mejorar su salud comprendiendo cómo estos dos factores se influyen mutuamente.
De hecho, muchos estadounidenses consumen una dieta alta en calorías que también es nutricionalmente pobre, lo que significa que tiene demasiada grasa, azúcar y sal. El resultado es que cerca del 34% de los adultos estadounidenses y el 16% de los adolescentes son obesos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) (9).
Ensayo sobre actividad física y nutrición
Puede que la pérdida de peso sea lo primero que le venga a la mente cuando escuche palabras como ejercicio, actividad física, nutrición, dieta y alimentación saludable, pero hay mucho más. Un estilo de vida que consiste en la actividad física y la nutrición adecuada es importante para su calidad de vida en general, más que el beneficio de la pérdida de peso. La verdad es que la actividad física y la nutrición son esenciales para un cuerpo y una mente sanos.
La actividad física y el ejercicio son cruciales para su cuerpo. La actividad física diaria aporta muchos beneficios, tanto físicos como psicológicos y emocionales. El ejercicio no sólo le ayudará a mantener un peso saludable, o incluso a reducir el exceso de peso, sino que tendrá más energía, mejorará su estado de ánimo y se sentirá mejor cuando esté constantemente activo.
Si la actividad física no forma ya parte de su rutina diaria, puede resultar abrumador intentar incorporarla a su día, así que empiece con pequeños cambios. Empiece por hacer ejercicio durante 15 ó 30 minutos cinco días a la semana, hasta que pueda llegar a realizar una hora o más de actividad física al día.
La importancia de la nutrición y el ejercicio
La obesidad es el resultado de un desequilibrio energético: demasiadas calorías ingeridas y pocas calorías quemadas. Hay una serie de factores que influyen en el número de calorías (o en la cantidad de “energía”) que las personas queman cada día, entre ellos, la edad, el tamaño del cuerpo y los genes. Pero el factor más variable -y el más fácil de modificar- es la cantidad de actividad que se realiza cada día.
Mantenerse activo puede ayudar a las personas a mantener un peso saludable o a perderlo. También puede reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, diabetes, derrames cerebrales, hipertensión arterial, osteoporosis y ciertos tipos de cáncer, así como reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Los estilos de vida inactivos (sedentarios) hacen justo lo contrario.
A pesar de todos los beneficios de la actividad física para la salud, la gente de todo el mundo la practica cada vez menos, en el trabajo, en casa y cuando se desplaza de un lugar a otro. A nivel mundial, aproximadamente una de cada tres personas realiza poca o ninguna actividad física. (1) Los niveles de actividad física están disminuyendo no sólo en los países ricos, como Estados Unidos, sino también en los países de ingresos bajos y medios, como China. Y está claro que esta disminución de la actividad física es un factor clave que contribuye a la epidemia mundial de obesidad y, a su vez, al aumento de las tasas de enfermedades crónicas en todas partes.
Datos sobre nutrición y fitness
Diego G. D. Christofaro1, André O. Werneck2, William R. Tebar1, Mara C. Lofrano-Prado3, Joao Paulo Botero4, Gabriel G. Cucato5, Neal Malik6, Marilia A. Correia7, Raphael M. Ritti-Dias8 y Wagner L. Prado6*.
En mayo de 2020, el gobierno brasileño recomendó el distanciamiento social. Durante este periodo se cerraron muchos gimnasios. Además, se fomentó el teletrabajo y se cerraron las escuelas. Estas acciones pueden haber contribuido a los cambios en los niveles de actividad física y en los hábitos alimenticios de los participantes (Rogers et al., 2020).
A continuación, se creó un grupo de hábitos alimentarios y se calculó la diferencia entre la suma de hábitos alimentarios saludables menos la suma de hábitos alimentarios no saludables: Ejemplo: [(mayor consumo de fruta + mayor consumo de verduras)-(mayor consumo de dulces + mayor consumo de fritos)]. Cuando el cálculo daba un valor positivo, esto indicaba que había una superposición de los hábitos alimentarios saludables sobre los no saludables, sin embargo en el caso negativo ocurría lo contrario. Por ejemplo, el participante que aumentara el consumo de frutas y verduras (dos hábitos considerados saludables) y aumentara sólo uno de los hábitos considerados no saludables (aumento del consumo de dulces o fritos) tendría una puntuación de 1 (2 hábitos saludables -1 hábito no saludable = puntuación + 1).