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Las próximas normativas sobre sustancias químicas añadirán una gran complejidad al sector del envasado. Ser proactivo en el desarrollo de un plan maestro interfuncional puede proporcionar claridad y una ruta para gestionar esta incertidumbre.
Están surgiendo rápidamente nuevas normativas más estrictas sobre el uso de determinadas sustancias químicas en la industria de los envases: las restricciones sobre el bisfenol A (BPA) en la Unión Europea y las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) en Estados Unidos son dos de las más destacadas. Con la reciente publicación de la hoja de ruta de la Comisión Europea para 2030 sobre restricciones en el marco de la estrategia sobre sustancias químicas para la sostenibilidad, y la petición estatal de prohibiciones federales de otras sustancias químicas preocupantes (como los ftalatos) que se está llevando a cabo en Estados Unidos, se vislumbra una mayor regulación en el horizonte. Las normativas sobre sustancias químicas plantean importantes retos operativos a los agentes del sector: la incertidumbre en torno a los detalles de los cambios normativos y los plazos de aplicación puede dificultar la agilidad de una organización para afrontar estos retos, al igual que la escasa experiencia del sector en las sustancias químicas específicas. Se aconseja a los líderes de la industria que desarrollen un enfoque proactivo que haga hincapié en la colaboración interfuncional respaldada por un plan maestro bien desarrollado con el fin de navegar con confianza en este panorama incierto.
Envases alimentarios con derivados epoxídicos
Además de las estrictas normativas de la UE, es sobre todo el consumidor quien plantea nuevas exigencias a los envases alimentarios. El aumento de los hogares monoparentales y de las personas mayores, así como la creciente necesidad de “comida a la carrera”, están animando a la industria alimentaria a replantearse y a centrarse en envases seguros, sostenibles y fáciles de usar.
La vida cotidiana, incluyendo el trabajo, la familia y el ocio, puede ser bastante apresurada, por lo que a menudo decidimos espontáneamente dónde y cuándo debemos comer, si lo hacemos ahora o más tarde, o tal vez en casa o sobre la marcha. A veces incluso cambiamos de opinión. Por ello, muchos consumidores consideran que el aspecto de la seguridad desempeña un papel fundamental en el envasado de los alimentos. Lo ideal es que los envases de los alimentos puedan volver a cerrarse con facilidad y seguridad. Otro punto al que se presta cada vez más atención es la previsibilidad precisa de la fecha de consumo preferente de un producto alimentario. Este es un ámbito en el que las herramientas de simulación matemática pueden ser útiles, ya que proporcionan la máxima precisión. Unos procesos de envasado eficaces pueden satisfacer las demandas de los clientes y evitar que los productos se estropeen.
Agencia alimentaria
La FDA regula la mayoría de los alimentos envasados que se venden en Estados Unidos y tiene requisitos específicos sobre los elementos que debe contener un envase (por ejemplo, un panel de información nutricional, una declaración de ingredientes, etc.). Para vender sus productos alimenticios, debe cumplir las leyes de envasado de la FDA, a menos que su operación esté exenta.Las regulaciones son un poco complicadas, pero este blog debería ayudar a ofrecer claridad. Cubriremos los aspectos básicos de la normativa de envasado, incluyendo:
Esta es la zona que más probablemente verá el comprador en el momento de la compra. En el caso de un envase rectangular, como una caja de cereales, la superficie PDP es el producto de la altura por la anchura. Para un envase cilíndrico como una lata, el área PDP es el 40% del producto de la altura por la circunferencia.
La cantidad neta es simplemente la cantidad de alimentos que contiene el envase, mostrada como peso, medida de líquido o número de elementos.Colocación: Se coloca en el 30 por ciento inferior del PDP en una altura tipo determinada por el área total del PDP, según esta tabla:
Reglamento (UE) nº 1169/2011
El Reglamento (UE) nº 1169/2011 (FIC) establece los principios generales y las obligaciones relativas al suministro de información alimentaria. En Irlanda, la información alimentaria debe proporcionarse en inglés. Además, puede proporcionarse en otras lenguas, incluido el irlandés. La información alimentaria debe ser precisa, clara y fácil de entender para el consumidor, no debe ser especialmente engañosa:
Los alimentos preenvasados se definen en la legislación como: “cualquier artículo individual para su presentación como tal al consumidor final y a las colectividades, consistente en un alimento y el envase en el que se ha introducido antes de ser puesto a la venta, tanto si dicho envase encierra el alimento total como parcialmente, pero en cualquier caso de forma que el contenido no pueda alterarse sin abrir o cambiar el envase; los “alimentos no preenvasados” son los que se venden sin envase; los alimentos envasados en los locales de venta a petición del consumidor o los alimentos preenvasados para su venta directa.
La información obligatoria debe estar impresa en el envase o en la etiqueta de forma que se garantice una clara legibilidad, en caracteres con un tamaño de letra cuya altura x sea igual o superior a 1,2 mm (según la definición del anexo IV de la FIC).