Berry
Los aminoácidos específicos que se encuentran en las proteínas son esenciales para la función de las células T, que son las que protegen al cuerpo contra los patógenos. Las carnes, las aves, el marisco, los huevos, las alubias, los frutos secos y las semillas contienen muchas proteínas.
Se ha demostrado que estos nutrientes ayudan a que el sistema inmunitario funcione de forma más eficiente y eficaz, pero un exceso de algo bueno puede ser perjudicial. Coma estos nutrientes con moderación y no se exceda. Si comes demasiadas zanahorias, puede que te vuelvas naranja. Como siempre que se trata de prevenir el contagio de enfermedades, lávate las manos con frecuencia.
Salmón
Llevar una dieta baja en grasas y basada en plantas puede ayudar a reforzar el sistema inmunitario. El sistema inmunitario depende de los glóbulos blancos que producen anticuerpos para combatir las bacterias, los virus y otros invasores. Se ha demostrado que los vegetarianos tienen unos glóbulos blancos más eficaces en comparación con los no vegetarianos, debido a un alto consumo de vitaminas y un bajo consumo de grasas.1
Llevar una dieta baja en grasas también puede ser protector. Los estudios han demostrado que limitar la grasa en la dieta ayuda a reforzar las defensas inmunitarias. Las investigaciones también muestran que el aceite puede perjudicar la función de los glóbulos blancos y que las dietas altas en grasas pueden alterar la microbiota intestinal que ayuda a la inmunidad.2
Mantener un peso saludable también puede beneficiar al sistema inmunitario. La obesidad se ha relacionado con un mayor riesgo de padecer gripe y otras infecciones, como la neumonía.3 Las dietas basadas en plantas son eficaces para perder peso, porque son ricas en fibra, que ayuda a saciar, sin añadir calorías adicionales. La fibra también puede reducir el IMC, lo que está relacionado con la mejora de la inmunidad.4 También se ha demostrado que una dieta basada en plantas reduce los biomarcadores inflamatorios.5
Ajo
Durante la temporada de gripe o en tiempos de enfermedad, la gente suele buscar alimentos especiales o suplementos vitamínicos que se cree que aumentan la inmunidad. La vitamina C y alimentos como los cítricos, la sopa de pollo y el té con miel son ejemplos populares. Sin embargo, el diseño de nuestro sistema inmunitario es complejo y está influenciado por un equilibrio ideal de muchos factores, no sólo por la dieta, y especialmente no por un alimento o nutriente específico. Sin embargo, una dieta equilibrada que incluya una serie de vitaminas y minerales, combinada con factores de un estilo de vida saludable, como un sueño y un ejercicio adecuados y un bajo nivel de estrés, es lo que más eficazmente prepara al organismo para luchar contra las infecciones y las enfermedades.
A diario, estamos expuestos constantemente a microbios potencialmente dañinos de todo tipo. Nuestro sistema inmunitario, una red de etapas y vías intrincadas en el cuerpo, nos protege contra estos microbios nocivos y contra ciertas enfermedades. Reconoce a los invasores extraños, como las bacterias, los virus y los parásitos, y actúa inmediatamente. Los seres humanos poseen dos tipos de inmunidad: innata y adaptativa.
Alimentos antiinflamatorios que refuerzan el sistema inmunitario
Desde las bacterias nocivas y los alérgenos, hasta el estrés y la contaminación atmosférica, hay muchos factores que pueden afectar a nuestra salud inmunitaria. Cuando estos factores se agravan entre sí, el riesgo de disfunción inmunitaria aumenta.
Hoy en día, los consumidores están expuestos a un mayor número de estos riesgos que nunca antes. Brotes como el virus de la gripe estacional o el nuevo Coronavirus están aumentando la preocupación y la conciencia de los consumidores sobre la importancia de un sistema inmunitario fuerte. A su vez, esto está impulsando la demanda de soluciones para gestionar los riesgos sanitarios percibidos.
El Dr. Manfred Eggersdorfer, catedrático de Envejecimiento Saludable del Centro Médico Universitario de Groninga (Países Bajos), nos habla del papel que desempeña la nutrición en la mejora de la salud inmunitaria y de cómo los responsables de la comercialización de este tipo de productos pueden resaltar los beneficios para los consumidores.
La higiene básica es el primer y más eficaz método de defensa contra enfermedades contagiosas como la gripe, el resfriado común e incluso el nuevo coronavirus (2019-nCoV). Esto incluye lavarse las manos con regularidad, así como toser o estornudar en un codo flexionado o en un pañuelo de papel.